En un momento como el actual, en el que aumenta la ciberdelincuencia a ritmo vertiginoso y los cambios se suceden a toda velocidad, ninguna empresa puede permitirse seguir sin definir su plan de seguridad en la nube.
Según los expertos, la seguridad en la nube es hoy en día la opción más fiable, la que ofrece los estándares de seguridad más elevados. Esto sumado a otras ventajas de la nube como el ahorro de costes o la flexibilidad está haciendo que cada vez más empresas opten por el cloud computing.
En este post veremos cómo encaja la seguridad en la nube con el plan de seguridad y recuperación de desastres para proporcionar el máximo nivel de seguridad posible, como puedes comprobar en nuestro servicio de Cloud Microsoft Azure.
¿Qué es la seguridad en la nube?
Se llama seguridad en la nube a la rama de la ciberseguridad que consiste en aplicar una serie de procedimientos, controles y tecnologías para proteger datos confidenciales y el funcionamiento de la infraestructura, las plataformas online y las aplicaciones que se utilizan en una organización.
Las necesidades en seguridad de la información son diferentes en cada empresa, pero, a grandes rasgos, se trata de fijar sistemas de autenticación de usuarios y filtrar el tráfico de la red, entre otras medidas.
Las medidas de seguridad en la nube tienen un doble objetivo: por una parte, se persigue proteger la información y la privacidad de los clientes; por otra, asegurar el cumplimiento de las obligaciones legales relativas a la protección de datos.
¿Por qué el almacenamiento en la nube es más seguro?
Para los proveedores de servicios en la nube, la seguridad es la prioridad número uno, algo que forma parte de la cultura de la empresa. Se garantiza aplicando políticas de seguridad integrales que incluyen las mejores prácticas y las últimas tecnologías de protección para evitar el acceso de los usuarios no autorizados, violaciones de datos y otras amenazas.
La seguridad se considera una de las principales ventajas de la nube, algo que resulta difícil de creer para quienes están poco familiarizados con las nuevas tecnologías. La nube es un concepto demasiado abstracto, que aún genera cierta desconfianza.
De forma metafórica, se puede decir que la computación en la nube es a la ciberseguridad como el avión a los transportes: a primera vista puede parecer más arriesgado, pero las cifras no mienten.
Los sistemas tradicionales de computación exigen dedicar un espacio físico, situado o no dentro de las instalaciones de la empresa, pero en todo caso, visible, tangible. Dejar toda la información en manos de terceros y asumir que se va a almacenar en una ubicación remota y desconocida genera una sensación de inseguridad que no se corresponde con un peligro real.
Cualquier catástrofe puede dar al traste con las copias de seguridad de datos que se almacenan en un espacio local. Un sistema de seguridad en la nube implica que el almacenamiento se realice en ubicaciones remotas, con lo que se elimina esta vulnerabilidad.
La disrupción de la pandemia
Cada vez más empresas migran sus datos a la nube. A la mayor seguridad hay que sumar otras ventajas del cloud computing, como la flexibilidad o el ahorro de costes.
La situación provocada por la pandemia ha obligado a las empresas a adoptar sistemas más flexibles y escalables, para permitir el trabajo en remoto y las continuas videoconferencias. Estos recursos basan su funcionamiento en el almacenamiento de datos en la nube.
Las empresas que ya operaban con este sistema han podido adaptarse con rapidez a la nueva situación. Otras empresas que aún estaban considerando la migración a la nube, solo han podido tomar medidas de urgencia. Se han empezado a utilizar herramientas que hacen posible el teletrabajo, pero en la mayoría de los casos no se ha seguido un plan organizado y alineado para completar la migración a la nube.
¿El resultado? La mayoría de los negocios realiza ahora una pequeña parte de sus tareas con herramientas basadas en la nube, que conviven con los sistemas tradicionales. Esto no solamente impide maximizar el valor de la migración, sino que además genera vulnerabilidades importantes.
Durante el confinamiento, cada miembro del equipo se conectaba a las redes y aplicaciones corporativas desde un dispositivo diferente y desde una red distinta, con lo que el entorno se convierte en campo abonado para la ciberdelincuencia.
A lo largo de 2020 proliferaron las noticias sobre ciberataques, algunos de gran repercusión. Es un tema de actualidad que preocupa enormemente a los empresarios.
Prevenir mejor que lamentar: el plan B de seguridad en la nube
Ante este panorama, todas las empresas deben estar preparadas para protegerse de cualquier evento no deseado, una amenaza interna o externa, o una catástrofe natural.
En cualquier momento puede producirse una violación de datos, una tormenta, una inundación, un incendio un error humano que haga desaparecer la información que mantiene a la empresa funcionando. De hecho, el primer error consiste en posponer la elaboración del plan pensando que nunca pasa nada.
¿Y si pasa? ¿Y si se pierde la última versión de la base de datos? ¿Los equipos podrían seguir trabajando? ¿A cuánto ascenderían las pérdidas?
Por eso, todo proyecto de migración cloud debe contemplar un plan de seguridad en la nube que cubra cualquier eventualidad y garantice la protección de la empresa.
El plan de seguridad en la nube no puede ser un documento teórico, sino que han de hacerse pruebas para garantizar su funcionamiento. Y es que de nada sirve crear una copia de seguridad de la base de datos si no se comprueba que es útil y suficiente para restaurar la base de datos.
El plan de seguridad en la nube incluirá diferentes tipos de controles de seguridad, encaminados a prevenir y detectar los incidentes, así como a reducir su impacto.
La recuperación de desastres puede contratarse como servicio, algo muy conveniente para las pequeñas empresas. Externalizar el plan de seguridad en la nube permite a cualquier empresa acceder a las soluciones creadas a partir de las tecnologías más modernas, a las que no podrían acceder individualmente.
En resumen, disponer de un plan de seguridad en la nube es la mejor forma de minimizar riesgos de seguridad, garantizar la continuidad del negocio y aportar mayor seguridad a clientes y proveedores. ¡No dejes pasar más tiempo!
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